El Sistema de inyección/barrera química consiste en inyectar gel o resinas viscosas/líquidas en los muros y paredes. Este tratamiento de humedades por capilaridad por inyección se realiza perforando con un taladro dejando huecos para introducir el gel, que vez dentro se expande y crea una barrera de protección que frena la ascensión del agua.
El gel contra las humedades tiene un gran poder de difusión gracias a su alta concentración de materia activa. Lo inyectamos en las paredes a intervalos regulares propagándose antes de vulcanizarse, de esta forma se crea una barrera contra las humedades por capilaridad en la base del muro.
¿Cómo funciona el sistema de inyectado/barrera química?
- La absorción del gel se realiza en unas tres semanas y la pared ya inicia el proceso de secado de forma inmediata. Con el sistema tradicional se inyecta a presión un líquido donde más del 95% es agua o disolvente con lo cual el muro queda empapado y tarda mucho más en empezar a secar las humedades por capilaridad.
- Es limpio en su aplicación, al no inyectar a presión evitamos las fugas inoportunas de líquido en la casa vecina o en la propia vivienda. La consistencia propia del gel nos permite un control total sobre la dosificación de material que inyectamos en cada perforación y nos garantiza un nivel de calidad máximo.
- El gel dispone de numerosos sellos de calidad que certifican su eficacia del tratamiento contra las humedades capilaridad. Puede consultar todos los certificados.
- Por su calidad y su precio competitivo se han tratado con más de un millón de metros lineales de muros afectados por humedades por capilaridad. Es un producto referente de calidad en toda Europa.
El gel es una evolución de las técnicas de inyección tradicionales que vienen aplicándose desde los años 50. La formula concentrada de con más de un 60% de materia activa permite conseguir la máxima difusión y eficacia. El gel es absorbido por el muro de forma progresiva actuando en todos los poros y capilares. La distribución de la materia activa es perfecta. Los líquidos tradicionales contienen sólo un 5% de materia activa, todo el resto es agua o disolvente. Con la inyección a presión es habitual que el líquido no se distribuya de forma homogénea y la humedad puede encontrar vías de ascenso.
